31 miércoles
Blanco
SÉPTIMA FERIA
DENTRO DE LA OCTAVA DE NAVIDAD,
o Conmemoración de SAN SILVESTRE I, Papa
MR pp. 169 y 858 [183 y 896] / Lecc. I p. 441
Fue elegido Papa inmediatamente después de la paz constantiniana
y gobernó la Iglesia romana durante 21 años (314-335). Le tocó
presenciar la difusión del cristianismo en todas las clases sociales.
Pero asistió también, sin poder hacer nada, a la crisis desencadenada
por el sacerdote de Alejandría, Arrio, que negaba la divinidad de
Cristo. Por medio de sus legados, estuvo presente en el Concilio
de Nicea, primer concilio ecuménico (325).
ANTÍFONA DE ENTRADA Is 9, 6
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus
hombros el imperio y su nombre será Ángel del gran consejo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Ayuda, Señor, a tu pueblo, que confía en la intercesión del Papa
san Silvestre, para que la vida presente transcurra bajo tu guía,
y merezcamos alcanzar felizmente la eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Han recibido ustedes la unción del Espíritu Santo.]
De la primera carta del apóstol san Juan 2, 18-21
Hijos míos: Esta es la última hora. Han oído ustedes que iba a
venir el anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido ya,
por lo cual nos damos cuenta de que es la última hora.
De entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; pues si
hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros.
Pero sucedió así para que se pusiera de manifiesto que ninguno de
ellos es de los nuestros.
Por lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu
Santo y tienen así el verdadero conocimiento. Les he escrito, no
porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna
mentira viene de la verdad. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 95
R. Alégrense los cielos y la tierra.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda
la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor
día tras día. R.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo
submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten
los bosques regocijo. R.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el
orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas
las naciones. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 14. 12
R. Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos
de Dios. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Aquel que es la Palabra se hizo hombre.]
Del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que
es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él
estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y
sin él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era
la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas
no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este
vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos
creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo
hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo
había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que
lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que
creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo
de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito
del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me
refería cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia
sobre mí, porque ya existía antes que yo’
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque
la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la
verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El
Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El prólogo de San Juan es un himno
espléndido, elaborado en torno a la maravillosa realidad
del Verbo de Dios, que sintetiza, de forma solemne, los
temas fundamentales de todo el cuarto Evangelio. El
Verbo eterno se hizo hombre y «habitó entre nosotros».
Se ha hecho “alcanzable” a todos aquellos que quieran
experimentar sensiblemente su amor. Habiendo llegado,
por la gracia de Dios, al último día del año, conviene
recordar que –si le abrimos las puertas a Cristo, nuestro
Redentor– recibiremos siempre la potestad de «llegar a
ser hijos de Dios».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz,
concédenos honrar de tal manera tu majestad con estos dones, que,
al participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos en
un mismo sentir. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad, pp. 488-490 [489-491].
Si se utiliza el Canon romano, se dice Reunidos en comunión...
propio, p. 557 [559]. En las otras Plegarias eucarísticas también se
dicen las partes propias para esta Misa.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 9
Dios envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que tu pueblo, al que acompañas con variados auxilios,
obtenga de tu misericordia la ayuda presente y la futura, para que,
mientras se afana en procurar el necesario consuelo de las cosas
pasajeras, más confiadamente aspire a las eternas. Por Jesucristo,
nuestro Señor.